El Algarrobico iba a ser un gran hotel de lujo con más de 400 habitaciones situado en Carboneras (Almería), pero a los 3 años de empezar a construirse, con las obras casi terminadas, un juez de Almería paralizó su edificación por violar la Ley de Costas, al estar situado demasiado cerca de la playa, convirtiéndose desde ese mismo instante en símbolo de la destrucción de litoral durante el boom urbanístico.
Comenzó entonces un larguísimo proceso judicial repleto de recursos: de la empresa promotora, del gobierno andaluz, del gobierno municipal y de Greenpeace España.
Finalmente más de 10 años después, y tras 22 sentencias judiciales, el Tribunal Supremo ha fallado que el edificio se levantó en una zona protegida, el parque natural de Cabo de Gata-Níjar, y por lo tanto no urbanizable.
Además, el hotel invade los 100 metros de la franja de dominio público marítimo-terrestre protegidos por la Ley de Costas y sobre los cuales tampoco se pueden construir edificaciones.
De esta forma el TS establece que el Algarrobico es ilegal, y debe ser demolido, pero lejos de terminar su historia ahora queda por resolver quien deberá abonar el coste de la demolición y si es necesario indemnizar a la empresa promotora por haberle permitido construir en un terreno no urbanizable propiedad de la Junta de Andalucía, indemnización que la empresa estima alcanzaría los 70 millones de euros.
Paradójicamente, el hotel construido donde no se puede edificar cuenta desde el año 2014 con una licencia municipal de obras legal, debido a que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dicto sentencia declarando la legalidad de la licencia. Esta sentencia es firme y no se puede recurrir ya ante ningún órgano superior.
En base a la legalidad de la licencia de obras la empresa promotora solicita ahora la millonaria indemnización.